Los campos afectados por la sequía del norte Afganistán han visto poco alivio en los últimos años. La persistente falta de agua ha dejado a los agricultores y aldeanos en una lucha constante por la supervivencia. Pero la esperanza está en el horizonte, ya que se trata de un importante proyecto de infraestructura, el Canal Qosh Tepa de 115 millas , está en marcha para devolver la vida a las llanuras resecas.
Dos años después de apoderarse de Afganistán, los talibanes supervisan esta primera empresa importante, cuyo objetivo es desviar el 20% del agua del río Amu Darya a través del zonas asoladas por la sequía . Este colosal esfuerzo podría cambiar las vidas de miles de personas que luchan contra el empeoramiento de la escasez de alimentos, cuatro décadas de guerra y los impactos adversos de cambio climático .
Una vez terminado en dos años, el canal irrigará más de 2.100 millas cuadradas de desierto, aumentando la tierra cultivable de Afganistán en un tercio y potencialmente haciendo que el país sea autosuficiente en la producción de alimentos. Esta iniciativa promete transformar la agricultura del país, algo que se necesita desesperadamente desde la década de 1980.
Pero no se trata sólo de cultivos y sustento. El proyecto también representa una prueba crítica de la capacidad de gobernar de los talibanes. Totalmente financiado por afganos sin extranjeros. Apoyo , envía un mensaje contundente. Como afirmó Abdul Ghani Baradar, viceprimer ministro, el proyecto se completará “a cualquier costo”.
Unos 6.000 trabajadores están excavando diligentemente una zanja de 328 pies de ancho, una maravilla de la construcción destinada a remodelar el paisaje de Afganistán. El canal será financiado por Los ingresos de Afganistán procedentes de las minas de carbón nacionales , un paso hacia la autosuficiencia de manera significativa.
Sin embargo, el camino por delante no está exento de desafíos. Algunos expertos advierten sobre posibles pérdidas de agua debido a filtraciones en ciertos tramos y la posibilidad de obstrucciones. Vecino Uzbekistán y Turkmenistán también han expresado preocupación por la reducción del flujo de agua.
Pero los beneficios potenciales superan los riesgos. El jefe de la aldea, Mohammed Ishfaq, tiene esperanzas: 'Si tan sólo tuviéramos esa agua', dijo, 'todo se solucionaría'. La construcción del canal Qosh Tepa es un paso audaz hacia un futuro mejor para Afganistán, que ilumina un camino de resiliencia y autosuficiencia. Es una lección de determinación y un rayo de esperanza para una tierra que ha enfrentado dificultades durante generaciones. Puede que el agua del río se seque en marzo, pero el espíritu de la gente sigue insaciable, esperando ansiosamente el cambio que está por llegar.
Wake Up El cambio climático es real por Tiny Rescue: Colección climática