El futuro de una de las decisiones climáticas más importantes del presidente Biden está en juego. La decisión se refiere a una multimillonaria proyecto de perforación en Alaska llamado Willow. La administración está lista para hacer un anuncio sobre este asunto dentro de unos días. Rechazar el proyecto podría encerrar a la administración en un costoso desafío legal y alienar a los principales legisladores de Alaska en el Congreso. Por otro lado, aprobarlo podría arruinar seriamente la agenda climática de la administración, dadas las emisiones estimadas de 9,2 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por año del proyecto.


La Casa Blanca ha propuesto medidas de compromiso, incluida una nueva prohibición de perforación en el Océano Ártico frente a la vertiente norte de Alaska y más protecciones de hábitat para otras partes del estado. La administración también está considerando reducir el proyecto del Ártico a solo dos plataformas de perforación aprobadas, un tamaño tan pequeño que los funcionarios de ConocoPhillips han sugerido que los haría retroceder. ConocoPhillips ha controlado los arrendamientos en la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska otorgados por el Departamento del Interior desde 1999. Esto ha empujado a la administración a buscar un compromiso, con la esperanza de frenar la reacción violenta en un proyecto que los conservacionistas ven como una catástrofe irreversible.

Sin embargo, los grupos ecologistas no están convencidos de estas medidas propuestas y no están dispuestos a comprometerse. Muchos se han centrado en el impacto climático de la propuesta, y algunos argumentan que rechazar un proyecto como Willow debería ser una obviedad para un líder climático como Biden. Willow es una prueba de fuego climática para ellos, y dicen que no negociarán con la Casa Blanca. Ven el proyecto como una posible mancha en el legado de Biden y creen que ninguna forma del proyecto es aceptable.

Los funcionarios de la Casa Blanca involucrados en estas discusiones luchan por determinar si una versión reducida del proyecto puede apaciguar tanto a los ambientalistas como a los aliados de Alaska. La decisión es principalmente entre aprobar las tres plataformas de pozos o solo dos plataformas, con una decisión pospuesta sobre una tercera. Los funcionarios estatales y los grupos de nativos de Alaska han estado presionando a la administración para que apruebe los tres para evitar el riesgo de que ConocoPhillips se eche atrás. La política es espinosa para la administración, ya que los grupos ambientalistas han ayudado a atraer votantes jóvenes en 2020 a Biden, quien hizo campaña con la promesa de poner fin a las nuevas perforaciones petroleras en tierras federales. Pero los partidarios del proyecto incluyen:

  • Otros aliados de Biden.
  • Sindicatos.
  • Muchos nativos de Alaska.
  • Dos políticos clave de Alaska dicen que el proyecto impulsará la economía en una región que lo necesita.

A pesar del debate en torno al proyecto Willow, una cosa está clara: nuestro planeta necesita que tomemos medidas. No podemos seguir dependiendo de los combustibles fósiles para nuestras necesidades energéticas. Necesitamos hacer la transición a fuentes de energía renovables y tomar medidas para reducir nuestra huella de carbono. Podemos marcar la diferencia haciendo pequeños cambios en nuestra vida diaria. Podemos reducir el consumo de energía, conducir menos, comer menos carne y apoyar a las empresas ambientalmente responsables. También podemos presionar a nuestros funcionarios electos para que tomen medidas sobre el cambio climático.


La decisión sobre el proyecto Willow es una de las decisiones climáticas más importantes del mandato del presidente Biden. Pone a prueba el compromiso de la administración para abordar el cambio climático, y el mundo está mirando. Como ciudadanos, podemos exigir cambios y hacer que nuestros funcionarios electos rindan cuentas. Usemos ese poder para crear un futuro mejor para nosotros y las generaciones futuras.

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