
Una ola de rendición de cuentas se ha extendido Washington DC ., con el fiscal general de la ciudad demandando a más de 25 empresas químicas por décadas de ambiental contaminación . Entre los acusados se encuentran gigantes de la industria como 3M y DuPont, quienes presuntamente produjeron y vendieron productos mezclados con químicos peligrosos. El traje apunta a las sustancias nocivas, PFAS (sustancias per- y poli-fluoroalquilo), que han contaminado la ciudad desde la década de 1950.
Los compuestos, típicamente utilizados por los militar y en los aeropuertos para extinguir incendios de base líquida, como el combustible para aviones, han causado grandes daños. Al filtrarse en el agua superficial y el suelo, los productos químicos contaminan cada nivel de la cadena alimentaria y, en última instancia, afectan la salud humana. La investigación científica revela que la exposición a PFAS puede provocar defectos reproductivos y de desarrollo, niveles elevados de colesterol, Daño hepático , y un mayor riesgo de ciertos cánceres .
El mes pasado, 3M se comprometió a pagar la asombrosa cantidad de $10.3 mil millones durante 13 años en un acuerdo para ayudar a los proveedores públicos de agua en los EE. UU. que detectaron estas sustancias tóxicas. En D.C., la demanda establece que la empresa de agua ha asumido 'costos significativos' para identificar y rectificar los daños provocados por contaminación por PFAS .
A través de esto demanda judicial , la oficina del fiscal general tiene como objetivo garantizar que los fabricantes de productos químicos, no los residentes de D.C. ni los contribuyentes del agua, asuman la carga total de los costos de investigación y remediación. El Fiscal General Brian L. Schwalb subraya esta postura y comenta: “El Distrito y sus residentes se verán obligados a lidiar con los impactos adversos de estos 'químicos para siempre' en los años venideros. A través de esta demanda, responsabilizaremos a los contaminadores por el daño que su conducta ha causado y seguirá causando”.
Mientras D.C. defiende a sus residentes y la ambiente , esta acción legal envía un poderoso mensaje a nivel nacional. A los contaminadores no se les permitirá eludir la responsabilidad, mientras que los ciudadanos se enfrentan a las consecuencias tóxicas. Este movimiento audaz repercutirá en otras ciudades que se enfrentan a problemas ecológicos similares, lo que generará la esperanza de un futuro más limpio y seguro.

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